Empiezas bien compadre....

Los indignados no estuvieron sólo tras las vallas. Ángel, propietario del restaurante Naya, ubicado en la turística y comercial calle José Ramón Mélida, estaba mosqueado. Reclinado en una silla, apenas tenías ganas de hablar. «Esta tarde el negocio se ha jodío (sic). Esperemos que por la noche, con el Festival, reviva», reflexionaba. La Policía llegó al mediodía y le obligó a retirar los veladores. Durante cuatro horas. El local no cerró por la tarde, pero como si lo estuviera. Sin credencial de prensa o invitación de la Asamblea, no hubo manera de pasar, por lo que la caja de los pequeños empresarios de la zona no hizo dinero en una de las fechas más esperadas del año.

La toma de posesión de José Antonio Monago provocó el corte de calles repletas de locales gastronómicos, ahuyentó a turistas, atrajo a cien manifestantes del movimiento 15-M, quitó cien plazas públicas de aparcamientos e implantó un fortísimo despliegue de seguridad para lamento de vecinos, con serios problemas para acceder a sus casas. Un acontecimiento que pareció una boda pero sin novia y por la masiva presencia de invitados, la mayoría luciendo sus mejores galas; o una cumbre europea o algo parecido, como la que vivió Mérida hace algo más de un año, por la cantidad de uniformes policiales y furgonetas por metro cuadrado.

http://www.hoy.es/20110709/local/policias-indignados-turistas-despistados-201107090132.html