Andrés Moriano Saavedra
Wert se ha olvidado, si es que alguna vez supo, de los principios
pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza. Pudiera ser que los
conozca al dedillo pero que abomina de ellos, del pensamiento que los
generó, de la corriente libre en la escuela filosófica del progreso
humano y de su libertad por la educación.
Quizás esta corriente de la práctica educativa contenga para él,
y para muchos como él, el germen de la destrucción de las conciencias
bien pensantes, del tradicionalismo católico y del orden natural que no
es otro orden que éste en el que "ellos" (los de siempre) aparecen los
primeros en el orden de la fila de los beneficios y privilegios:
-Prietas las filas, que es una orden y que aquí no entra ni se cuela ni
dios sino es porque se comulga y se jura fidelidad: ¡A la orden y con
orden y "concierto"!
Quizás esté fuera del contexto ideológico de Wert y, en
consecuencia, de su práctica política el pensamiento español de
secularización de la educación tantas veces intentado y siempre
fracasado.
El inflexible y polémico ministro se opone a revisar ni coma ni
punto del decreto de ayudas al estudio. No sorprende, desde luego, esa
actitud porque es una deriva de la estructura mental del ministro que
no ha de tildarse de conservadora tan solo, sino también de retrógrada,
involucionista y discriminatoria. Todo ello y más. ¡Cómo engañaba Wert
en las tertulias y en el Círculo Cívico de Opinión! (En verdad, y sin
postularme como el más listo de la clase, siempre me pareció un cínico,
en el más estricto sentido filosófico. Me gustaría saber qué piensa hoy
Fernando Vallespín del ministro Wert).
Todos los estudiantes, y a todos los niveles, se verán afectados
por las decisiones de este ministro envuelto para su regocijo en la
"roja y gualda" y que españoleando les va danto pica y estoque.
Indultados los de familia pudiente, a los otros les queda su amargo
destino a pesar de algunas tardes de gloria:
- Hijo, se ha llegado hasta donde se ha podido -dice el padre,
lamentándose por su suerte que hereda por "sino", también, su hijo,
mientras la madre murmura y sus hermanos "aprenden".
- Qué se le va a hacer -contesta el hijo mohíno.
- Tú como tu padre y tu abuelo...y ya está-, asoma diciendo la
abuela acordándose del difunto que no sabe dónde yace.
A Wert ya se le conoce pese a sus escasas manifestaciones de
calado intelectual -¡Y mira que hay currículum!- desde su etapa de
ministro. Ha protagonizado pocas, así es, de relevancia para el mundo
educativo en lo que se refiere a un ideal para el futuro de España y de
sus jóvenes estudiantes y universitarios que se le ha de exigir al
ministro encargado de tan "caros y preciados bienes" como son los de la
Educación, la Ciencia, la Cultura y el Deporte.
No hay remedio porque sabemos que el ministro no renunciará a su
natural inclinación, por su "querencia" al palco, de hacer del sistema
educativo (de la instrucción) un mecanismo, un instrumento de
propaganda.
El ministro que debería poner todo su empeño en promover en el
sistema una amplia cultura general que nuestra sociedad de hoy necesita
para sobre ella, después, preparar en una educación profesional y en
una orientación consciente para que en su día sean científicos,
literatos, filósofos, ingenieros, empresarios,industriales,
financieros, etc.,tanto hombres como mujeres, que sean capaces de
cultivar todas sus facultades para beneficio propio indisociado de su
compromiso social en comunidad para solidaridad y cooperación necesaria
del progreso común.
¿Cómo hoy, en el siglo XXI, retrocedemos y volvemos a la
segregación por sexo en las escuelas? Pero si ya está suficientemente
probado por estudios pedagógicos la inconveniencia de esta decisión, ¿a
qué viene ahora desempolvar falsos argumentos para este renacer de "los
niños con los niños, las niñas con las niñas"?
La coeducación ha de ser un principio esencial del régimen
escolar. ¿Por qué segregar en la escuela aquella convivencia natural
que se da en el seno de de las familias y en la comunidad? ¿Llegará a
imponerse,dando un paso más allá, disciplinas de estudio diferenciadas
bajo el argumentario de la "tendencia sexual" y "atracción natural" (la
costura, el hogar frente a la milicia, el ejercicio físico... Es que
las niñas son propensas a... Los niños, sin embargo, les atrae...)?
Volveremos a las lecciones de memoria, sin análisis crítico, al
dogma de los "libros" de textos -eso sí, utilizando las nuevas
tecnologías- , aistiremos a la petrificación del espíritu creativo, a
la congelación del pensamiento libre, al recorte del impulso para la
pregunta inquieta y el ansia por razonar.
Se nos avecina un otoño caliente (así lo deseo) y no precisamente
por los efectos indiciarios del cambio climático, sino por otro tiempo
inestable que propicia el necesario cambio.
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